martes, septiembre 6

Poesía... pasión... sueños...



Confluencia (a medias)

Cuando tu cuerpo roza fragante y ardiente contra el mío,
en ese momento, en que dos cuerpos son sólo uno
entre todos aquellos seres divididos,
cuando el gemir es la música que late a nuestros oídos...
es en ese instante preciso en que no soy ni eres,
con las identidades secuestradas por la noche,
es cuando todo acaba, como el fénix...
Y es el mejor final de la historia
y es el principio de un bello paraíso
y es la cadencia de la luna templada...
El sonar del rocío sobre tu piel blanca
entonces, el sabor de tu sangre, es el que ronda
por mis sentidos
y al morir eternamente uno nace
sin ser vencido.
Volvemos mil veces a ser uno
entre el infinito
y sin aliento nos hablamos,
la suavidad es sorda a otros sentidos
y cada grito es victoria
del sucumbir abatido.
Cuando nacen los ángeles
una voz serena recita el destino,
mientras en secreto los amantes
se encuentran en las sombras
para recomenzar la luz
que guiará a los perdidos...
Pero los locos, mientras tanto,
andan buscando la verdad
de amarse / sin sitios...
Valeria Elias

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