viernes, noviembre 4


Creo que no quieren
a los poetas, sino muertos.
No celebran la vida
de los líricos perdidos
sino la muerte siempre oportuna
de quien por vivir ha sufrido.
La genialidad y su profecía
descansan en sangrado libros...
Fatídicas noches de insomnio
de mares embravecidos,
amores frustrados
y castigos sociales continuos.
Nadie llora la vida del poeta,
pero festejan su muerte...
Cruel ironía
cuando este
acusa la muerte
y celebra la vida...


Valeria Elías

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