jueves, noviembre 17

Lágrima de Dios



Lágrima de Dios
Era una mañana como cualquier otra, no pasó como una más.
Cruel fue esa hora, en la que un falso cristal me atrajo, mostrándome una figura que desconocía pero no ignoraba su existencia.
Pasó que frente a frente como un reflejo en aguas cristalinas estaba yo y ella.
Recorrí todos sus contornos, percibí todos sus sentimientos y más, me devoró ese misterio que se develó en un abrir y cerrar de ojos. Pensé en lo que podía ser una lágrima de Dios, la miré interrogando, no respondió. Magnifico y terrorífico fue lo que se reveló en leve movimiento de sus labios ¿quién era ella?. No quería conocerla, y fue en un suspiro que dieron los muros lo que me indujo a un temblor que comenzó del centro del alma hacia fuera, una sombra apresurada tumbó a la deriva y los ojos se blanquearon como un papel y la sangre desde las flores se veía brotar agridulce.
Noches anteriores un oculto espectro de las sombras me había advertido de esta presencia, no le creí a ese desconcertante entresueño.
Era tan distinta y fue solo cuestión de segundos para darme cuenta de quien era yo, lo que soy. Dolió...
Y sin más las estrellas gobiernan ahora.
Valeria Elías

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