lunes, marzo 6

De su necedad...


Hambre de poeta,
sediento de palabras y encantos,
ajeno de la magia y los secretos,
escaso de filosofía,
olvidado de los sueños
apaciguado de pasiones,
escondido de la virtud.
Temeroso de la verdad,
injurioso de la valentía,
hipócrita de la sensación.
Pobre aquel que cobardemente
miró estos ojos, quiso esta sonrisa
y se enamoró de lo extraño,
se convenció de lo absurdo
y luego huyó a las sombras
sin apoderarse de lo que pensaba robar...
Valeria Elías

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