A dónde van...
¿En dónde están los ideales? ¿A dónde se fueron?
Quizás nunca los encuentre, quizás ya se perdieron.
Dicen que todos peleamos por un ideal.
¿Dónde están los verdaderos, a donde se fueron, se fueron en silencio?
Pelear, pelear toda una vida para que después vivan los huecos ignorantes,
desmemoriados; también están los desfachatados.
Pensar para que te digan cómo.
Razonar hasta cuánto.
Soñar es secreto.
El ideal es eterno.
¿A dónde van?...
¿Se pierden en el tiempo?.
Valeria Elías
Tus labios suaves y tiernos
Esa sensación rara de sentir que al besarte
Beso los sueños más dulces y simples,
Sentir que es la sonrisa de un querubín
La que se dibuja en mi boca.
Tus ojos, ese lago profundo y oscuro
con el reflejo de la luna,
Ese brillo sutil que tienen al mirarme
La perdición para cualquier vagabundo
Como mi corazón deseoso de sentir su calor.
Tus manos, aun maltratadas por el hábito laboral
Esas prodigiosas caricias que perduran a la distancia
Esas ganas insidiosas de volver a sentirte
De poder darles todos los besos que tan bellas manos
Merecen por el simple hecho de pertenecerte…
Tu voz, tu pelo, tu sonrisa, tu forma de ser
Todo aquello que me bendice en esa presencia tuya
Todo eso que alguna vez soñé tener
Y que hoy tan sólo son delirios de ansiedad.
Deseos malditos de que vuelvas a volver…
Valeria Elías
No me puedo resistir A tu lengua rozando mis labios
A tu mirada inquisidora que busca leer mi alma
A las manos inquietas recorriendo mi cuerpo
Al aroma de tu cuerpo
Al roce de la piel
A ese hambre desesperado de sentir la saciedad
En el momento en que embistes con seguridad
Mi cuerpo y me tomas
Como si fuera tuya, como si no dependiera de mi nada
Y muerdes entre los suspiros y gemidos de la resistencia
Que intento poner
Pero el éxtasis me debilita
Y siento como toda mi esencia se estremece
Y me dejo ganar
Y te quiero vencer, mirarte de arriba
Y verte gozar la audacia del desafío
Sentir tus manos en la entrepierna
Como incitador al pecado
Tocar, acariciar y apoderarme de esa parte de tu cuerpo
Sentirla dentro de mi y quebrarme sin remedio
Querer más, desearlo con todo mi cuerpo en el estremecimiento
De que tal vez sea la última vez
Y ya no haya noches para nuestro insomnio
Ni días en los que sentir la plenitud de ser uno mismo
En el montón…
Valeria Elías
No sé si llamar suerte o desgracia el haberte perdido.Aún no puedo ver con claridad lo que sucedió.
Sólo sé que te extraño, que siento tu ausencia
Y me mata la distancia que nos creamos…
Aún espero que suene el teléfono, que el timbre llame a la puerta
Y verte ahí esperando…
A veces deseo ser yo la que toca el timbre y esperarte
A que abras la puerta con una gran sonrisa y me mires nuevamente.
Te extraño a montones, sin lugar ni fechas exactas,
Te extraño como si me faltara el aire y me aprisiona el pecho
Te extraño como se extrañan las estrellas los días nublados
Te extraño más que a mi misma, pues ya ni me aguanto después de todo
Me tortura el alma esperar a ver que pasa, porque temo que no pase más
Y si ya no vuelves, si me dejas, que será de mi
Extraño esas palabras dulces y sensatas, extraño las miradas precisas
Y las caricias constantes…
Extraño sentirte cerca, sentir tu cuerpo junto al mío sentirme completa porque ahí estas.
No se si suerte o desgracia, pero si se de dolor, de tristeza, de angustia y de falta de perdón
Mi propia condena, me sentencié sola sólo por apresurada…
Y ahora no se si sentirme dichosa o desgraciada por haber elegido correr hacia donde no estabas…
Valeria Elías
