jueves, marzo 6

Tengo el alma curtida de tantas formas y colores.
Tengo tantas batallas y tantas muertes.
He resucitado una y otra vez, y otra más…
He visto la cara de Dios y la del mismísimo demonio
enfrentados, amistosos y hasta indiferentes.
La crueldad de los tiranos y la bondad del niño en sus pequeños ojos.
Ahora mismo, siento una fiera felina brotando desde el más obtuso
lugar del alma mía.
Una fuerza inesperada llena de luz y amor.
Pase la prueba, supere esta contienda.
Y siento como el alma se eleva
y el cuerpo deja de funcionar
entregándose al éxtasis del gozo
de lograr todo lo soñado.
He aquí un corazón que antes era de piedra
y ahora, es una simple piltrafa,
un descarte de lo roto, lo usado,
un lastre curtido sin futuro…
Pero con la fuerza de un ejército
Y la piedad de dios y el diablo juntos.

Nadie le da más valor a la vida
que aquel que ha muerto para vivir por ella.

Valeria Elías



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