sábado, diciembre 12

Mis 15 después de 20 años más…



35 es un número que no me asusta, pero que tiene cierta connotación de edad, sabiduría, experiencia. Sin embargo, yo no me siento más sabia, ni con toda la experiencia del mundo, menos grande.
Llegue a los treinta y cinco con la inocente y descuidada idea de vivir, de esa forma no me di cuenta que el tiempo venía pasando y cada año tomo conciencia que sí, porque es un número que me cambia cuando me preguntan la edad. Y no es que le preste atención, pero si te preguntan tu edad, al menos tenes que saber porque número vas.
En este último año que pasó, aprendí que se pueden hacer muchas cosas para estar bien, pero que ser feliz es una decisión diaria y que no incluye más que a uno mismo. Reí, lloré, me enojé, SOY FELIZ… Porque vivo, simplemente eso, me permito hacer cosas y acertar como así también equivocarme, porque no dejo que nadie manipule mis emociones y sentimientos (aunque algunos aún creen poder hacerlo) SOY FELIZ.
Nuevos caminos se abrieron, viejos caminos se cerraron, esa característica mía que tiene que ver con la buscadora que vive en mí, esa cosa de “no poder estar quieta” decía un viejo amigo, esa cosa de vivir intensamente…
Esa gente hermosa que uno encuentra por el camino, esos que llamamos amigos, aunque algunos no lleguen a ser tan íntimos, pero que dejan esa huella profunda en poco tiempo, o tal vez un simple mensaje que no estábamos recibiendo por otro lado. Esa gente, esas bellas personas que día a día hacen un aporte positivo a la vida y que están cuando la tormenta escarmienta y nada queda… A todos ellos, que saben quiénes son, gracias!
A la familia, ese grupo de personas con el cual uno nace, extraños que se van familiarizando con el paso del tiempo, pero que son la base, la estructura y la fortaleza con la uno sale a la vida a dar batalla y ganar su espacio de cielo. A la familia, siempre Gracias! Porque somos lo que construimos día a día y lo que nos dan…
Debo reconocer también que este año, me ha enseñado que los logros compartidos tienen otro sabor, otra forma de vivirse. Cuando empecé a trabajar en Trombonanza, le pregunté a Rubén: “estás seguro?” y Rubén me respondió: “si, vos podés”… Y desde entonces, escucho esas palabras, “se puede” y cuando no se puede dice “bueno, ya se podrá” o cuando me equivoco “el año que viene lo mejoramos” y esas cosas me ayudaron a darme cuenta de lo que puedo llegar a ser y hacer, simplemente con la confianza necesaria y el trabajo en equipo. Gracias Trombonanza, gracias Rubén por confiar y nos felicito a todos los que trabajamos año a año en esto y ponemos todo para que Santa Fe tenga el festival que se merece.
El año pasado fue un duro año, y este comenzó también con un gran desafío, quiero agradecer a toda esa gente que se preocupó, se ocupó y se mantuvo al lado mío y de mi familia, funcionarios, médicos, amigos, conocidos… Gracias a todos por aportar su parte y hacer más llevadera toda la situación.
Quiero darle un espacio a toda esa gente que es mal intencionada, envidiosa, gente que es mala, y que habla porque no puede hacer otra cosa, los que roban ideas, los que no pueden ser felices sin joder al otro, los que se creen superiores porque hablan mal de uno o porque a uno le va mal... Es simplemente para agradecerles por ayudarme a mejorar día a día. Aprender a no ser como ellos, y a ser libre de los otros y poder estar conmigo misma y sentirme feliz por no ser así y por ser la persona que soy, loca, insoportable, inquieta, irritante, pero buena gente, porque de mí no han recibido lo mismo que me han dado y eso me tranquiliza.
Y bueno, recordando que hace 20 años festejé mí cumple de 15, rodeada de amigos, familia y buena música, hoy celebro mis 35 años, de la misma forma, con la gente que quiero.
Gracias a todos y cada uno por tocar mi vida y hacer de esta, una de las mejores experiencias de la historia.
                             La Vale


No hay comentarios.: