jueves, mayo 4


La voz celeste que busca los sonidos

en el cantar me acercan a su dios

y en el baile entre vino y vino

con su mirar entrega el corazón.

No pudo decir bien claro las palabras

la sonrisa de a poco se borró

y entre los pibes corría la melodía

que a su amada alguna vez susurró.

Sus ojos negros abrigan el olvido

su boca roja del tango que cantó

sus manos blancas

como alas de guitarra

y un corazón triste de pasión.

Aquel muchacho andaba libremente

por las calles del viejo bandoneón

y tan nobles eran sus sentimientos

que al recordarla siempre lloró.

Quien hubiera dicho, cruel fue el destino

que a Europa su corazón mandó

y cuando quiso negarse al olvido

su canto libre como un gorrión sonó.

Sus ojos negros abrigan el olvido

su boca roja del tango que cantó

sus manos blancas

como alas de guitarra

y un corazón triste de pasión.

Desde esos días hace ronda por los bares

por el café en que un día la conoció.

Y aquel murmullo que circulan los muchachos

no es más que el llanto de aquella que amó.

Mirá que es triste la historia de este amigo

que sin querer ya conoció el dolor

y por las noches recita en los tejados

las palabras que una vez soñó.

Sus ojos negros abrigan el olvido

su boca roja del tango que cantó

sus manos blancas

como alas de guitarra

y un corazón triste de pasión.

Valeria Elías

1 comentario:

Anónimo dijo...

Solo me apena darme cuenta de que te he perdido antes de hacerte encontrado... sin embargo he navego largo tiempo por aguas hermosas... profundas, negras algunas veces, si.

Solo quiero saber algo mas, que tan profundo es el mar?

Solo eso y me tiro en mi lecho para un descanso eterno...

En un lugar diferente, de una manera diferente, en una epoca distinta y con personas que hace ya tiempo que no veo...

Solo respondeme eso, asi puedo descansar tranquilo...