lunes, febrero 18


Carta a un viejo, amor a un primer amor:

Me equivoque, te equivocaste, en qué y por qué cada cual lo entiende el porqué. Dios sabe que no miento si te digo que ha pasado tiempo y aún siento lo mismo. Dónde estás? Tan cerca, tan lejos.

Recuerdo las mañanas y las largas tardes, las noches espontáneas y los lugares. Aromas, música, metafísica, misterio, secretos, todo se conjugaba y se conjuraba. Era un amor extraño, confuso, pero brillante. Contame si alguna vez volviste a vivir algo así, a sentirlo por doquier.

Decirte que te extraño, creo que no es necesario, decirte que te necesito siempre fue obvio; decirte que te amo… eso que antes no supe decir y que aún me cuesta, pero que es tan cierto y tan real, tan vívido.

Aún no entiendo como permitiste que te mienta y te transformaste en cómplice de mi mentira, te rendiste tan fácil que se me hizo fácil seguir mintiéndome, mintiéndonos.

Lo que añoro es más que simple compañía, es como toda una vida, así deben sentirse los muertos que rondan por las casas, esos mismo fantasmas que alguna vez nos dieron señales de su presencia, creo que nos advertían…

Qué feliz me hace sentir aún lo que siento, qué alegría recordarte con esa infancia eterna de tu alma, con esa felicidad de los encuentros, de los momentos, recuerdo que ni las distancias existían, no había en el mundo nada que me alejara de vos.

Fui mi propia enemiga, fui mi propia asesina, fui mi verdugo infiel.

Pero vos, vos eras el único que podía salvarme de mi propia muerte, sabías lo que hacía, sabías que estaba obrando mal y aún así te detuviste, siempre me dejaste ir, siempre tuviste más miedos que razones y me vi morir con el tiempo.

Tanta pasión guardada, tantos besos, abrazos, sueños, dios! La vida era corta pero larga estando a tu lado. Nada parecía imposible, sólo concretar el amor…

Cruel bestia indómita, nos arrojó y nos devoró de la peor forma. Hoy estoy despojada de toda razón al escribirte esta carta, pero no sería más cuerda si me callara, todavía, un tiempo más. Ya es hora de decir las cosas como son.

Es la segunda carta que te escribo y hago pública, con la esperanza de que, místicamente, llegue a vos y al leerla sepas del amor que siempre callé, pero que jamás negué.

Elegí seguridad, elegí comodidad, elegí paz, elegí cosas que creí buenas y necesarias, creí que lo nuevo, lo que se asemejaba a lo mejor era lo que quería, lo que necesitaba, claro, era fácil, estaba cómoda y todo era más sencillo, yo no debía enfrentar grandes cosas, lograr cambios repentinos, tan sólo debía dejarme ser en esa seguridad. Pero, con el tiempo, me di cuenta que elegí con la cabeza, lo que es del corazón.

Gracias a dios, las cosas salieron diferentes y el error no se transformó más grave, pero la equivocación sigue existiendo y el perdón, y la necesidad de subsanar la gran herida, se me hacen presentes cada tanto; me remuerde el alma y no puedo respirar al recordarlo.

No hay calificativos para mi persona por haber hecho lo que hice, pero vos no fuiste menos que eso también. Por segunda vez repetiste ese discurso que no supiste mantener, no atreviste siquiera a pelear, porque sentiste eso mismo, “que lo otro era lo mejor”… A sabiendas en tu propio ser que no era así, cosa que yo aprendí recientemente.

Qué ganas de encontrarte, qué ganas de abrazarte, qué ganas de mirarte a los ojos nuevamente, qué ganas de pedir perdón y sentir la misma paz que sentí el día en que te conocí.

Te debo la vida, y no sé como hacerte saber que si pudiera lo cambiaría todo… Hoy soy otra persona, hoy siento que he hecho muchas cosas bien, pero que hay un vacío en mí que no puedo llenar, porque me falta una pieza importante que alguna vez rechacé.

Teníamos un mundo aparte, teníamos más que lo que cualquier amante pudiera desear, lo desperdiciamos por miedo, por ignorancia, por error, por falta de sinceridad. Me arriesgo todo al escribir esta carta, y como dice Fandermole: “el que te ama, no te nombra, corazón de luz y sombra”…

Mi silencio aún es condena, no creas que lo tuyo no es igual.

Todo era posible estando tu presencia en mi vida. Me he convertido en la mujer que una vez dijiste, nos pasó lo mismo que una vez temimos, y fue así porque dejamos que nos pasara.

Qué gran historia, fantasía o realidad, hoy da lo mismo, pero sólo es distinto para nosotros, porque la verdad no está más que en vos y yo. Esa belleza dolorosa es nuestra.

Por si alguna vez te decides, sabes que puedo perderme en el mundo, y que sos el único que podría encontrarme, entonces, búscame y sólo puedo prometerte que ya no me esconderé más, que ya no tendré miedo y que ya no permitiré que vuelvas a huir…

Así como lo ves, creo que no podría decirte más. Esta luna llena ya se partió, y está volviendo a su principio…

Mi océano azul se hizo profundo buscando la inmensidad en tu nombre.

No hay distancia que no haya recorrido para saber de tus pasos.

Cada centímetro de vida fue dado en consecuencia

Por cada palabra perdida, por cada silencio olvidado.

La luna era la conexión perfecta, el recuerdo latente de tu presencia y la mía

Las existencias se limitaron a ser, y dejaron de serlo, cuando vieron toda esperanza perdida.

Mi océano azul se hizo profundo por ésta herida…

Ojala algún día atrevas naufragar sus aguas

Porque así sus mareas, por fin, dejarían de ser tempestivas…

Por siempre La Vale

9 comentarios:

Pablo Ignacio Cerda Rastello dijo...

Muy lindo! Un poco confuso el título, jiji!!

Espero leerte más seguido... chau!

Alma enamorada dijo...

Hola!!
Linda carta,...¿ hace mucho de este amor??
Salu2!!+

SILENO dijo...

buenos días alma, que decirte sino hablar de la experiencia vivida. el pasado lo tenemos que tener para aprender de el y no volvernos a equivocar, es duro dejar aquello que hemos querido y nos ha echo sentir cosas que no sentimos, pero si no miramos hacia adelante nunca sabremos lo que nos depara la vida, y te aseguro que siempre será algo mejor, siempre y cuando lo busquemos y volvamos a luchar por ello.
aferrarse a algo que ya paso e intentar volverlo a tener puede que se vuelva a equivocar.

bueno no me enrollo más.
un beso
y que encuentre el amor que te haga volver a sertir "mariposas en el estomago"

Rolando Escaró dijo...

tus palabras dicen tanto sobre ustedes que esta vez me siento corto de comentar algo...

Anónimo dijo...

Me gusto... intenso.

suspiro...

Sandra Figueroa dijo...

Hermosa carta para ese amor que no se olvida, que con dolor o alegria nos inspira. Besos amiga, cuidate mucho.

Anónimo dijo...

He regresado a estas tierras...

Un beso Valeria.

goloviarte dijo...

te invito a participar con tu blog en mi modesto blog directorio y de votaciones te conocerán un poco mas http://aquiestatublog.blogspot.com
pásate y deja tu blog en el libro de visitas ,soy un particular en esta aventura ,así que si por dejar esto en comentarios piensas que es spam,te pido perdona y disculpas
si tienes tiempo,mira algo de publi,eso valora mi trabajo

LiterataRoja dijo...

Linda carta... ¿Me pregunto que le escribiria yo a mi primer amor...?

Un triste recuerdo, nada más.

Besos!