Por el amor de una rosa, el jardinero
es servidor de mil espinas.
Proverbio turco.
Al hombre que habita en la tierra
porque vive en el cielo.
A la persona querible,
respetada,
y bienvenida.
Al maestro, al amigo,
al soñador…
Como una estrella fugaz su risa,
como el diente de león sus ideas.
Cruel asesino que dispara verdades,
salvavidas incondicional de almas.
Es acaso un ser real?
Sí, tan imperfecto
con tantas fallas por enmendar
que se hace perfecto
con cada paso que da…
Fantasma de los sentimientos
que ronda sensaciones olvidadas,
naufrago impertinente
de la psiquis y el ser.
Músico virtuoso
de la melódica sinfonía de la esperanza.
Al hombre que conquista asteroides
cultivando rosas,
deshollina volcanes
y domestica corazones…
A esa persona,
con amor por siempre,
admiración y respeto.
AMEN.
Valeria Elías
2 comentarios:
Amen.. WOW Que bello leerte de nuevo..
Un placer volver por tu espacio, después de un largo tiempo ausente de los blog..
Un abrazo
Con mis
Saludos fraternos de siempre..
Que tengas un bello fin de semana...
Que hermoso poema. Es una oda al amor!
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