jueves, noviembre 11

Y sí,
               la soledad de vos
               me hizo mucho más fuerte,
                    más segura.

Puedo ver mi pequeñez en la
inmensidad,
puedo sentir mi inmensidad
en tu pequeñez.

La soledad de vos me ha enseñado,
y yo muy necia, aún
te sigo esperando
como quien sabe que la muerte
es inevitable.
Como quien sabe que un milagro
desvanece a la sombra.

Esta soledad de vos es lo que me gusta,
tan lejos ya estoy
que me pregunto:
si todo el daño que hicisite
no fue lo que ahora hace
que sienta como todo este amor
desborda...

Valeria Elías

4 comentarios:

Un gramo de locura dijo...

No tengas dudas que asi es, hay veces que los momentos vividos y dolorosos nos recuerdan cuanto podemos amar
Bss

**kadannek** dijo...

Me sumo a las palabras del comentario anterior, y agrego que es un gusto leerle. A veces me gusta leer en silencio, por ello es la segunda vez que puedo apreciar este escrito, pero merece la pena ser comentado ahora que poseo mayor tiempo y calma; Amar duele, vivir duele, perdonar duele, pero en ese dolor puede radicar la belleza y sublimidad, en parte, del amor.
Lindísimo texto, no puedo decir más.

jorge dijo...

ya tiempo sin leerte, pero siempre en la mente por saber lo que escribres.

no somos nada sin los otros, de los otros aprendemos y sentimos, nos dan aquello que necesitamos y también aquello que nos puede doler, pero del dolor siempre se aprende, nos hace más fuerte y poder enfrentarnos a nuevos retos y nuevas experiencias con más intuición y mejor preparados, aunque cuando nos atrapa el amor verdadero todas esas armas se desvanecen y nos quedamos desprovistos de cualquier idea preconcebida y nos entregamos con todo lo que tenemos por ese amor.

un fuerte beso

Sandra Figueroa dijo...

Siempre es lindo leerte amiga. Te dejo saludos y un beso, cuidate mucho.