lunes, abril 1

En verdad no se mucho qué decir, o bien cómo decirlo… el qué y el cómo definen todo… Y acá estoy…
No sé cómo explicarlo, pero creo que escribo desde antes de saber escribir, en mi cabeza componía canciones, o le cambiaba las letras a las que ya conocía. Es algo que me nace, que me sale, tal vez una intervención divina, o del mismísimo infierno, no lo sé.
Don, talento, lo llaman, pero a veces es la peor y más cruel tortura… quien no lo vive no lo entiende…
Entonces, uno no puede librarse de las palabras, te acosan, te persiguen, te inundan, rebalsan y fluyen, simplemente pasan por mí.
Conozco su valor, su poder y sus secretos, la infinidad de combinaciones y sobre todo sus efectos. Pero me reniego a serlo, no es fácil, no lo es, ya lo creo…
A veces, son un viento fresco otras una piedra caliente y otras la peor daga clavada al alma. Y sin pensarlo, la salvación al mismo tiempo.
No puedo escapar, no puedo resistirme, uno es lo que es y siempre será.
Jamás me cuestiono si es bello o elegante, refinado o literariamente aceptable. No puedo detenerme a pensar si condice con lo que se espera gramaticalmente, sólo sé que debo hacerlo, debo decirlo y así compartirlo.
Uno no elije, simplemente es…
Y soy y hago y vivo aprendo y escribo… Soy una aprendiz, una buscadora incansable, una generadora de cosas, un luchadora insipiente de la vida…
Soy un peón más de la trama majestuosa de la vida misma, hago mi aporte, tal vez una sola hebra… Pero es mi deber, hacer que esa sola y única hebra valga la pena.
Otros ya lo hicieron antes, y aunque no me sienta capacitada, ahora me tocó a mí, llevo la posta y debo con ello ser, hacer y decir… trasmitir y jamás dejar de aprender… Pasar la posta y continuar, hasta más no poder…
Y a pesar de todo, doy gracias, porque más allá de lo que todo esto quiere significar, sin todo esto no podría literalmente vivir…
Algunos no lo entienden, otros, sí…
Valeria Elías

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