Pero
uno jamás está solo, siempre está con uno mismo, la relación con uno mismo es
la primer y gran relación importante que se debe lograr. Es el inicio de toda
relación sana y duradera.
Pero yendo
más a fondo, es imposible que una persona esté sola… al menos, en mi caso cada
persona que he conocido y que ha impactado en mi vida ha sabido crear un
espacio en mi corazón. Solía decir hace un tiempo, que mi corazón era como un
gran hotel, cada uno con su propio espacio, la habitación central es la mía.
Con el
tiempo, contrario a ir achicándose los espacios, el corazón fue adquiriendo la
destreza de una cadena de ADN y ampliando en espacios sin modificar los
existentes; en este momento un hotel es pequeño para lo que hoy es mi corazón,
miles de espacios llenos de recuerdos y personas semejante a un universo lleno
de estrellas, es lo que puedo ver…
Algunas
habitaciones se han cerrado, pero eso no les quita el espacio. Rara vez algún
inquilino es desalojado, manteniendo cada pieza que lo integra unida en el
conjunto.
Cómo
puede uno estar solo en la vida cuando tiene el corazón partido en millones y
millones de pedazos separados pero unidos mágicamente?
Cómo
uno puede pasar por la vida sin lograr esto, que se parta en mil pedazos y se
vuelva aún más grande y fuerte?
La
soledad es buena compañera, pero la compañía del otro es eterna. Llevarse bien
con uno mismo es el secreto, para luego tener los amigos que uno merece…
Las
relaciones verdaderas surgen de la salud del alma de las personas. Cuanto más
sanas las almas, más reales y duraderas las relaciones… hasta en la ausencia
misma…
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