domingo, noviembre 6

Enamorarse de la soledad dicen es peligroso, puede que uno termine solo sin darse cuenta…
Pero uno jamás está solo, siempre está con uno mismo, la relación con uno mismo es la primer y gran relación importante que se debe lograr. Es el inicio de toda relación sana y duradera.
Pero yendo más a fondo, es imposible que una persona esté sola… al menos, en mi caso cada persona que he conocido y que ha impactado en mi vida ha sabido crear un espacio en mi corazón. Solía decir hace un tiempo, que mi corazón era como un gran hotel, cada uno con su propio espacio, la habitación central es la mía.
Con el tiempo, contrario a ir achicándose los espacios, el corazón fue adquiriendo la destreza de una cadena de ADN y ampliando en espacios sin modificar los existentes; en este momento un hotel es pequeño para lo que hoy es mi corazón, miles de espacios llenos de recuerdos y personas semejante a un universo lleno de estrellas, es lo que puedo ver…
Algunas habitaciones se han cerrado, pero eso no les quita el espacio. Rara vez algún inquilino es desalojado, manteniendo cada pieza que lo integra unida en el conjunto.
Cómo puede uno estar solo en la vida cuando tiene el corazón partido en millones y millones de pedazos separados pero unidos mágicamente?
Cómo uno puede pasar por la vida sin lograr esto, que se parta en mil pedazos y se vuelva aún más grande y fuerte?
La soledad es buena compañera, pero la compañía del otro es eterna. Llevarse bien con uno mismo es el secreto, para luego tener los amigos que uno merece…
Las relaciones verdaderas surgen de la salud del alma de las personas. Cuanto más sanas las almas, más reales y duraderas las relaciones… hasta en la ausencia misma…
Valeria Elías

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