viernes, marzo 10


Con sus curvas y contracurvas ella despliega sus encantos,

sin perder belleza por su protesta vociferante

cuando aquel la toca con su impertinencia

queriéndola como si fuera su alma misma.

Ella resuena en el tumulto escondido de los amaneceres,

en las tardes perdidas en ensueños y

en las románticas noches de insomnio...

Ella, amante fiel y promiscua se presta al juego cotidiano de su ejecutante,

se entrega y se deja ser...

Él toma su brazo, y se apoya en su cintura, mientras la acaricia

como si fuera la tierna niña que nunca fue...

Él amarra sus manos a ella como su corazón,

eclipsan... vuelven una y otra vez.

Valeria Elías

1 comentario:

Anónimo dijo...

Recuento los días y pocos son los de sonrisas leves
Hay otros en la cuenta en los que el corazón siente la esperanza crecer,
y pocos días en verdad, en los que la alegría cruza el portal ya como ave
extraviada, busca pronto la salida y en su lugar queda una tristeza que anida y
se multiplica,
Son los días de silencio en la huerta, de la ausencia de tu voz, de tu risa
De ese deseo tan negado, son los días en los que tu solo recuerdo corta como
navaja
Son los días en los que ni las oraciones cruzan la puerta
Así mi alma se desnuda, y paciente, yo la visto con tus murmullos, tu aliento,
tus ruidos, tu aroma, tu esencia.