Él me cuida el alma...

Ariel es de esas personas que uno no se atreve a definir. Hay personas especiales en nuestra vida que uno nunca sabe como hablar de ellas.

Desde que ese tipo de personas entra en tu vida, ya nada es igual. A pesar de la diferencia de edad, supimos acoplarnos en muchos aspectos, con él compartimos los buenos, los malos y todos los momentos, largas caminatas, alguna que otra cerveza, mucho mate o tereré, juego de cartas, cumpleaños de la familia, reuniones sociales, así como quien dice somos sombra de la sombra…

Él tiene esas cosas tan especiales, como escucharme cuando necesito, sin cuestionar o intentar dar una solución, sabe decirme las cosas para que aprenda y no cometa errores y aún así, cuando los cometo, está ahí para acompañarme. Jamás se sintió invadido o perseguido por algún novio o ex mío celoso, siempre se siente seguro de sí y de mi amistad con él. Yo me siento muy segura de su persona también.

Aunque se enoja porque me dice las cosas y las olvido, como cuando se va de viaje y lo llamo preguntándole donde está, o lo acuso de no avisarme las cosas… Y se ríe porque siempre que salimos yo me desoriento y le empiezo a preguntar para donde vamos…

Es un alma generosa y atenta, es considerado y divertido. Tengo mucha suerte, lo sé, no sólo es una persona inteligente premiada y reconocida a nivel internacional, sino que es una excelente persona que se preocupa por los demás, como lo hace conmigo.

Si bien me reta mucho, por mis caprichos, mis locuras y demás cosas, también es compinche en muchas. A veces, cuando vamos caminando le voy hablando sobre cosas que me pasan con otras personas y parece que le estoy diciendo las cosas como si fuera él esas personas, así que quienes nos cruzan deben pensar que es la peor o la mejor persona de mi vida…

Tantos, pero tantos detalles definen mi relación con él. Tantas cosas tendría para contar… Hoy sólo quiero dedicarle este post, a él. Decirle que acá siempre va a tener un alma esperándolo, pensando y queriendo para no dejarlo sólo, para que no se sienta solo en la distancia…

Él se va a Francia, unos meses, que tal vez no sean mucho para el común de la gente, pero para mi es una eternidad, que él se vaya implica una ausencia de muchas cosas… ya no tendré cómplice para mis maldades, una mirada amiga y sentida, sus palabras a tiempo… Sólo un frío chat de vez en cuando…

Pero él se merece irse y más, si decidiera no volver, yo lo entendería y apoyaría siempre… Porque no creo equivocarme al decir que él merece lo mejor. Tal vez, si él se queda yo pueda ir y hagamos lo que siempre planeamos, recorrer Francia y Europa como dos bohemios intelectuales en busca de la historia de la humanidad (o de las mejores cervezas y helados!!!)

La cosa es que se va, no me gustan las despedidas, así que de alguna forma salimos a caminar, hablamos, nos reímos, y después le pedí que se fuera a su casa… no podía decirle chau…

Por eso este post, para decirle acá estás, acá estoy… siempre, por siempre…

BON VOYAGE MON AMI, MON FRÈRE... JE T'AIME JUSQU'À LA FOLIE NE L'OUBLIE PAS.... Esto es para vos....

Valeria Elías