sábado, agosto 21



Impregnado tu perfume en mis manos
después de haber acariciado el cielo,
de haber sido por un instante
la dueña de algún sueño…
Sin cordura suficiente
vagué buscando algún camino
que devuelva la sensatez,
y cuanto más ansío ser normal
más deseo tenerte.
Y se desata una guerra diabólica
y no hay dios que pueda calmar los ánimos,
bulle la sangre carcomiendo
todo indicio de calma.
Completamente desquiciada,
rendida a tus pies,  
soy la ofrenda para este sacrificio,
soy esclava a tu merced.
Ni orgullo, ni dignidad,
me entrego a esas manos
que me regalaron la luna.
Hace quince años
mi alma se perdió en tu mirada…
Ayer, con cada beso,
entendí porqué ella
se quedó con vos,
hasta que mi cuerpo regresara.

Valeria Elías

2 comentarios:

Sandra Figueroa dijo...

Valeria, nostalgicas letras las de este poema hermoso, fue un placer leerte amiga. Te dejo un beso, cuidate.

**kadannek** dijo...

Saludos, estimada.
No es nuevo lo que leo, pero sí es nuevo en usted o al menos eso me parece. Es importante explorar otras formas de manifestar los sentimientos y las ideas. Es un texto fuerte, un amor con locura. Muy buen trabajo, se notaba inspirada.