Atenta a cada palabra, a cada movimiento
miro, observo, aprendo, vuelo.
Nada se compara con la sutileza de una buena mirada,
Nada es tan apetecible como un beso bien dado
y nada es más fuerte que la sensación de compañía,

aún en soledad.
La lluvia corre por los techos
hay un aroma a vida en el ambiente
y una música que suena sin sonar.
Anclados en el silencio del miedo y la desesperanza
contemplan absurdas palabras que creen engañar a la verdad.
Más no es así, la verdad jamás es engañada,
ella los deja jugar...
Sensible, el alma que se comunica de forma desesperada,
sensible, la voz que calla sin querer callar
sensible es tu corazón queriendo jugar con el mío.
Pacientes mis sueños que aún no se permiten escapar.
Nadie sabe lo que pasará, simplemente, ella los deja jugar...

Valeria Elías