sábado, enero 30


La soledad en la penumbra del encuentro
entre bailarines que se ufanan
y son los amantes pertinentes,
que gozan frente la desdicha de ser dos
sin nada que hacer.
Sus juegos perdidos, sus historias contadas
y sus pobres, agrestes mimos repetidos,
agotados de tanto amor compartido.
Quienes antes supieron quemar el infierno
hoy, son cenizas de viejos recuerdos.
Valeria Elías

4 comentarios:

WHO dijo...

El arte de saber avivar el fuego, que aunque siempre deja cenizas también puede ser el lecho de los siempre existentes maderos de leña del amor.
Precioso poema sobre la realidad de muchas parejas.
Un beso, Who.

Norma Ruiz dijo...

hermoso poema.
donde hubo fuego cenizas quedan.
me encanto,
besos

María dijo...

Un poema precioso, el amor de tu vida se ha hecho camino...

Un beso.

Pepe dijo...

Aquel al que amas ya no está contigo, pero está en tí.
Saludos